En el marco del 11° Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) se presentó la obraNathan?!dirigida por el alemán Nicolas Stemann. La puesta confronta el texto clásico deGotthold Ephraim Lessingcon textos de la escritora Elfriede Jelinek, para cuestionar los ideales de tolerancia y fraternidad a la luz del violento contexto global.
La obra pone en escena la génesis de la historia de Nathan, un comerciante judío que en el siglo XVIII decide ir al encuentro de un joven templario para agradecerle por haber salvado a su hija del voraz incendio de su hogar. Los conflictos de la obra se generan a partir de la poca afición del caballero cristiano por acercarse a los judíos. Ambos hombres coinciden en Jerusalén junto con el sultán Saladin, quien por su penosa situación económica decide recurrir a Nathan para pedirle su colaboración. Nathan?! es una obra que expone en su historia a tres religiones cruzadas, tres hombres de universos distintos que intentan dialogar en un gesto de tolerancia religiosa que hoy resulta obsoleta frente a las manifestaciones racistas, invasivas, bélicas y antihumanas que padece el mundo actual.
El texto Nathan el Sabio –escrito por Gotthold Ephraim Lessing y publicado en el año 1779– es pronunciado al inicio de la escena, por voces cuya fuente de emisión no podemos precisar. Al comienzo de la puesta se presentan sólo dos músicos y algunos objetos en el escenario que (separados en tres espacios) representan a las tres creencias religiosas: cristianismo, judaísmo e islam. Un gran megáfono cuelga en el medio del escenario para indicar la diversidad de discursos que escucharemos durante las próximas dos horas acerca del ser humano. Luego de que un telón negro se levanta, descubrimos a los actores que se encuentran al fondo del escenario apostados detrás de atriles.
El principal elemento que organiza la puesta son los atriles y papeles que guían a los actores en su acción. Durante la representación los personajes se modifican según su accionar con el atril. En principio se limitan a pronunciar las palabras del texto original de Lessing sin despegarse de las líneas escritas en los papeles, pero cuando introducen textos de la escritora Elfriede Jelinek, se despegan de los atriles y se desplazan por el escenario. Este contrapunto se observa además en el contenido de los discursos. Por un lado el escritor de Nathan el Sabio aboga por la convivencia pacífica y acentúa la condición humana por sobre todas las cosas: “todos somos hombres antes que judíos o cristianos o musulmanes”. Mientras que la ganadora del Premio Nobel de Literatura polemiza con estas ideas y da cuenta de la imposibilidad de construir la paz sobre las diferencias económicas, políticas y sociales impulsadas por los gobiernos de turno que detentan el poder.
El mensaje que intenta dar la obra se expresa claramente en la parábola del anillo (la cual narra Nathan cuando Saladín le pregunta cuál es la religión verdadera): existe en una familia un anillo mágico para hacer virtuoso a su poseedor ante los ojos de Dios. Como el padre de familia tiene tres hijos, con el fin de no defraudar a ninguno, les promete a todos que lo heredarán y encarga a un artesano realizar dos copias idénticas. En su lecho de muerte entrega los tres anillos a cada uno por separado. Los hermanos entran en una batalla legal sin fin por demostrar cuál es el verdadero, hasta que un juez dictamina que si ellos viven de acuerdo a los valores que expresa ese objeto, harán honor a los poderes del anillo. Nathan concluye que al igual que los anillos de esta historia, las tres religiones son igualmente verdaderas.
La originalidad de la puesta de Nicolas Stemann está en no dar por sentado estos discursos y problematizarlos. Construye una propuesta escénica que va de un ambiente tranquilo, ordenado y coherente discursivamente, hacia un mundo caótico y contestatario con frases perturbadoras y caóticas. Del mismo modo, en el título de la obra se puede observar esta revisión reflexiva con el signo de pregunta junto al nombre del protagonista: ¿Sigue siendo hoy en día Nathan un sabio, o se transformó por el mundo actual en un loco al que nadie escucha?.
Sin embargo la muy interesante revisión histórica que realiza el director, pierde su carácter contestatario y desconcertante cuando se regocija en un dispositivo escénico que repite textos y procedimientos en varias oportunidades, sin lograr un final contundente. Asimismo, la problematización de muchas creencias y percepciones, contrasta con una frase que repiten los actores: “tenemos que ser amigos”. La idea de tolerancia que subyace a esta frase provoca cierto ruido ideológico, ya que la intención de tolerar al otro implica que me siento superior en tanto tengo el poder o la gracia de ejercerla, mientras que el otro debe hacerse dócil para ser tolerado. Aún con estas restricciones,Nathan?! es una obra indispensable para pensar qué vigencia tienen actualmente las creencias religiosas con sus implicancias morales y éticas, frente a un mundo capitalista cuya nuevo Dios es el dinero.
Ficha técnico artística
Autoría: G.E. Lessing y Elfriede Jelinek.
Compañía: Theatre Vidy-Lausanne.
Dirección: Nicolas Stemann.
Elenco: Lorry Hardel, Lara Khattabi, Mounir Margoum, Serge Martin, Elios Noël, Véronique Alain, Laurent Papot, Lamya Regragui, Waël Koudaih y Yann Pittard.
Música: Waël Koudaih (Rayess Bek).
Diseño de iluminación: Mattias Bovard.
Diseño de vestuario: Marysol del Castillo.
Producción: Theatre Vidy-Lausanne.
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