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Melina Martire

La ficción juega con la realidad

La razón blindada es una obra de Arístides Vargas que relee a los protagonistas de El Quijote a través de una mirada política contemporánea, dialongando con el encierro carcelario como forma privilegiada de acción de la última dictadura cívico-militar. ¿Cómo puede crearse, en ese contexto, una nueva forma de lenguaje?.





La locura, y creo que usted lo sabe, no es estar loco. Es volver loca la realidad donde vivimos. Usted tiene que comprender una cosa: nuestra principal tarea es la libertad profunda. Aunque estemos tristes y desamparados. Presta atención a lo que voy a decir, es importante. La libertad profunda es el último escalón de la paranoia.

La razón blindada – Arístides Vargas



Tenía mucha expectativa por conocer el otro lado del charco. Cuando puse un pie en Montevideo, al bajar del buque, vi una ciudad de ficción. Las calles del sector de Ciudad Vieja parecen pertenecer a un set de filmación de los años cincuenta. Al lado del Parque Rodó, los jugos de diversiones replican un Italpark oriental. Los vendedores de algodón de azúcar y manzanas caramelizadas caminan entre las atracciones. El atardecer, que se ve desde cualquier calle que de a la costa, como una auténtica postal. Cada mate, preparado con obsesiva prolijidad, como objeto de publicidad; espumoso, la yerba seca y la mojada convenientemente separadas. Sus habitantes caminan con ritmo tranquilo, hacia ningún lugar. Levitan. Reposan en las entradas de las casas mateando, van en grupos a la playa. Parecen extras de un film que estoy, accidentalmente, protagonizando. De pronto, me encuentro siendo observada, como buena turista mochila al hombro. Desde los zaguanes miran a los que llegan desde el puerto. Me cuesta entender la lógica del cambio monetario, y  también la murga uruguaya, que no es como la argentina. La nuestra se parece más bien a su candombe. Todo es parecido pero diferente, como un poco corrido de la realidad, mi realidad.

Uruguay es la excepción. Ese lugar que se nombra en tono de leyenda. Allá donde suceden cosas que hay que ver para creer, tanto social, como política y culturalmente.

Visitarlo implica una predisposición para escindirse del espacio-tiempo, al igual que el juego propuesto en la obra La razón blindada, en la que los dos protagonistas levantan un paréntesis ficcional y, dentro de ese lugar, se cuentan historias para recordarse que están vivos, inmersos en un estado de excepción: el encarcelamiento.

En la sala teatral es clara la delimitación del espacio de la representación y del espacio extra-escénico, a través de cuatro líneas horizontales y verticales construidas por una variedad de calzados unidos por sogas que forman un cubo. Las zapatillas, botas y sandalias son blancas, al igual que la vestimenta de los protagonistas: Panza y De la mancha. Ambos visten mamelucos blancos que se destacan por sobre el fondo negro. En escena los únicos elementos son dos sillas, una mesa y una cacerola vieja con un trapo harapiento dentro.

El juego intertextual con el universo de El Quijote de Cervantes, como relectura contemporánea, sirve para hablar de un proyecto de humanismo heroico. Dos presos políticos que, presionados por las circunstancias emocionales y físicas, se juntan todos los domingos a la tarde para contarse historias. Con estos escasos recursos, Panza y De la mancha inventan historias fantásticas, profundas, desopilantes, reformuladas de la vida de Quijote y Sancho.

La razón blindada es una obra sobre la carencia, sobre cómo crear desde la nada. La construcción de teatralidad desde un punto de partida que se apoya en el vacío. Vacío de sentido, de recursos, de libertad, de expresión.

La dramaturgia de Arístides Vargas recupera en su escritura los relatos de Chicho Vargas, su hermano detenido junto con varios compañeros en la cárcel de Rawson durante la última dictadura cívico-militar.

Pero el texto, además de sus claras referencias políticas y sociales, es rico en reflexiones metadiscursivas. Así como Cervantes en El Quijote nos habla de un personaje ficticio que pudo ser real, y que se volvió loco de tanto leer libros ficticios (doble ficción), La razón blindada reflexiona sobre el propio quehacer teatral, jugando a ser una obra dentro de otra obra. El único recurso que tienen los personajes es el lenguaje, que cumple la función de crear sentido a través de la palabra desarticulada de un supuesto loco y su secuaz.

La locura de Don Quijote, que no quiere o no le permite distinguir los límites entre su realidad (realidad de ficción) y la de la ficción de sus lecturas (ficción de ficción), nos hace dudar entre lo que es realidad y lo que es ficción, entre sentimiento vital y fantasía, entre verosimilitud y certeza. Y su lengua fuera de la norma desenmascara la hipocresía, la crueldad y la mediocridad del lenguaje normativo.

A través de esos procedimientos los protagonistas de La razón blindada intentan mantenerse en pie, gracias a la ficción, inmersos en una dura realidad. Cuando sienten la amenaza de la vigilancia invisible, cortan los relatos y se despiden hasta el próximo encuentro.

Esta complejidad en el lenguaje constituye el núcleo de la obra, que no sólo establece relaciones con El Quijote, sino también con las dictaduras latinoamericanas de los años setenta. En esa misma década Arístides Vargas huyó del país y se refugió en Ecuador, en donde fundó, en 1980, el grupo teatral Malayerba.

En esta obra, el discurso de la sinrazón es el de la lógica del encierro ilegal, y el de la razón es el de la libertad. La locura es una metáfora para tratar de entender de una manera diferente el mundo.

Panza es el personaje que imagina a De la Mancha, finalmente como una forma de resistencia, que ilumine su oscuro encierro. Y lo define así:

“Un héroe personal que no se quiebre. Que aguante. Que tuerza los barrotes de esta cárcel como si se tratase de fideos chinos. Un héroe no humano. Efectivo. Un Frankenstein chiflado. Un loco, cuya locura sea tan violenta y extraordinaria que nos saque de la locura ordinaria en la que estamos metidos”.

Ficha técnico artística

Autoría: Arístides Vargas

Actúan: Daniel Begino, Maite Velo

Diseño de luces: Esteban G. Lahuerta

Música original: Pol E. Gonzáles

Fotografía: Sol Schiller

Arte: Florencia Suarez Bignoli

Diseño gráfico: Feroz, Feroz

Asistencia de dirección: Iñaki Bartolomeu

Prensa: Marisol Cambre

Producción: Bárbara Gyalay

Puesta en escena: Florencia Suarez Bignoli

Dirección:Florencia Suarez Bignoli

Sala: La Carpintería. Sábados 22hs.


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