En el marco del 1er Festival de Cabaret en Argentina se presentó el espectáculo El último mariachi, una mirada post-apocalíptica sobre México con humor nostálgico y sagaz.
El 11 de diciembre finalizó el FICA, y entre su distinguido repertorio se presentó la obra El último mariachi (o de cómo se extinguieron los mexicanos), con autoría y actuación de Fernando Rivera Calderón y acompañamiento en piano de Laura Vázquez. Un sobreviviente de la extinguida patria de México recorre el mundo con un puñado de melodías para recordar a su país de origen. Mediante canciones con un estilo de crítica política muy manifiesto, y la narración de los supuestos hechos que desembocaron en la desaparición del país, Fernando Rivera Calderón construye su historia como último sobreviviente.
El actor ingresa a la sala desde la platea oscura, vestido de pies a cabeza como un tradicional mariachi, mientras lo sigue una luz blanca interpreta una canción melancólica para narrar sus penas. Lleva en un pequeño paño las pocas y significativas pertenencias que pudo rescatar: una botella de tequila, una virgencita y dos velitas. Ya en escena, comienza por desmitificar la idea de que creer en la Santa Muerte es algo malo. Lejos de eso señala, con una canción, que “la muerte no me hizo nada, a mí me mató la vida”. Así considera que la muerte de su país es pura y exclusiva responsabilidad de las malas decisiones políticas de sus gobernantes, quienes saquearon todo lo que pudieron. A su vez la ciencia ficción se hace presente para explicar que los grandes sombreros que usan los mariachis son producto de una intervención extraterrestre, para gran risa del público.
Los espectadores son fundamentales en este show, porque su participación y respuesta guían el ritmo del espectáculo. El mariachi hace subir al escenario a tres espectadores para pasar la prueba y convertirse en mexicanos: tomar un vaso de tequila entero (cabe aclarar, verdadero tequila). El número desemboca en un final sumamente cómico, y el premio se lo lleva aquel que hace de cuenta que toma, porque demostró ser un verdadero mexicano en el arte de hacerse el tonto.
Resulta indispensable la presencia de Vázquez, gran pianista y acordeonista, que enriquece la música del espectáculo, al tiempo que interactúa con el protagonista en un juego de atracción y amistad. Juntos traen a la actualidad canciones tradicionales mexicanas, tangos y reformulaciones de temas de rock locales transformados en rancheras.
Rivera Calderón –músico, periodista, locutor, escritor, pero sobretodo hábil narrador de historias– se las ingenia para crear un espectáculo hecho a la medida del público argentino. Sus canciones incluyen tanto referencias críticas a Donald Trump como a la elección presidencial de Mauricio Macri, y mezcla en su juego el estilo de las canciones del programa Peter Capusotto y sus videos con Les Luthiers. Así el artista demuestra que sabe leer perfectamente aquello que hace reír de otros y de sí mismo al espectador local.
El último mariachi es una obra, que más allá de las referencias a la idiosincrasia de cada país, es totalmente universal. Nos demuestra que la extinción de un país no es un escenario apocalíptico muy difícil de imaginar.
Ficha técnico artística Autoría, dirección y actuación: Fernando Rivera Calderón. Piano y acordeón: Laura Vázquez.
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