Como a la suerte de la fea, no siempre la linda la desea, en este MUTT especial del Anti-San Valentín vemos la venganza de una mujer atrapada por los estereotipos del amor y la belleza.
Cuenta la leyenda, que San Valentín fue un sacerdote romano que vivió durante el siglo III, bajo el mando del emperador Claudio II. Dicho soberano fue quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los soldados jóvenes profesionales, ya que consideraba que los solteros sin familia podían rendir más y así estar libres para su disposición. El sacerdote San Valentín desafió la orden imperial, siguió la voluntad de los amantes y casó en secreto a los soldados del emperador. Se dice que su historia terminó en la cárcel, cuando un 14 de Febrero fue ejecutado.
Una muerte trágica dió lugar a uno de los mayores negocios de merchandising y marketing de la historia, y del mismo modo, La suerte de la fea es una historia que se narra a partir de una muerte. La obra, escrita por el dramaturgo Mauricio Kartun y dirigida por Paula Ransenberg, se ubica a comienzos del siglo XX en exclusivos bares de Buenos Aires; que atraían a su público, mayormente masculino, con espectáculos liderados por singulares orquestas de señoritas.
La suerte de la fea narra la vida de una intérprete de viola condenada a los fosos lúgubres de aquellos bares masculinos. Allí, dedica gran parte de su tiempo a tocar escondida la música que mujeres, más hermosas que ella, simulan ejecutar sobre el escenario. En este mundo conoce a una nueva figuranta, que le propone componer un espectáculo. Lo que parece una gran oportunidad, se transforma en tragedia.
Sucesos narrados desde el pasado hasta el presente de la protagonista, tejen una trama que va desde la frustración y la impotencia hasta la venganza, la humillación y la revancha. Se pone en escena a una mujer que está como reemplazo de otra, una cuestión no sólo de competencia sino también de identidad. ¿Cómo ser ella misma mientras tiene que ser otra, para encajar en la cadena de producción musical de ese bar infernal donde se pierde cada noche?
La intérprete femenina, al no ser parte del modelo de belleza establecido por los medios de comunicación de masas, estaría condenada a vivir sola en la oscuridad, de no ser por la tenacidad de ser percibida. Teje así enredados mecanismos para hacerse de la escena como una figuranta más, pero una cadena de hechos desafortunados parece desplazarla para siempre de cualquier cercanía con el escenario.
La suerte de la fea pone en escena una cuestión muy relevante en los tiempos que corren: la mujer no logra afirmarse como un sujeto pleno en la medida en que no es observada a modo de objeto por los hombres. El sentimiento de amor, es entonces, un acto de validación del otro, y crecemos con estereotipos que nos hacen creer que debemos vivir del amor del otro, y que es necesario por tanto buscarlo y sostenerlo constantemente. Se transforma así un concepto de imagen vacía y de aceptación para los demás, sin tener en cuenta lo que implica también el amor propio.
Opera entonces una intención de separación entre ambos amores, pero el ser humano es más complejo que eso y la protagonista de la obra da cuenta de ello. El cuerpo femenino es parte integral de una persona que siente, llora, odia y ríe, y está sujeto a su propia conciencia y voluntad, más allá o a pesar de la mirada de los otros. Afortunada ella!
Ficha técnico artística. Dramaturgia: Mauricio Kartun. Actúan: Luciana Dulitzky. Intérpretes: Federico Berthet. Vestuario: Alejandro Mateo. Peinados: Granado. Diseño de escenografía: Alejandro Mateo. Diseño de luces: Fernanda Balcells. Realización de escenografía: Los Escudero. Realización de vestuario: Lucina Tropini. Música: Federico Berthet. Fotografía: Alejandro Ojeda. Diseño gráfico: Zkysky. Asistencia de dirección: Marcelo De León. Prensa: Marisol Cambre. Dirección: Paula Ransenberg.
Sala: Teatro Timbre 4 (Mexíco 3554, CABA).
Funciones: domingos 17 y 19 hs.
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